De la mano de Lynn Okamoto, autor de Elfen Lied, este relato cuenta una trágica historia de un amor infantil y el cruel destino de un grupo de chicas que fueron condenadas por la ambición de la humanidad. Sin embargo, la verdadera tragedia en esta narrativa es la evolución de un drama de ciencia ficción a un harem común que resalta por su comedia estúpida.
Esta historia sigue a Ryouta Murakami, de niño, él estaba enamorado de una niña de su edad que él llamaba Kuroneko. Ella aseguraba que los extraterrestres existían y que incluso se reunió con ellos, pero nadie le creyó, ni siquiera Murakami, quien se mostraba escéptico. Entonces, Kuroneko decidió mostrarle a los extraterrestres, pero en el camino ambos sufrieron un accidente en donde la niña pierde su vida y Murakami logra sobrevivir.
Ryouta y Kuroneko de niños
¿Qué clase de brujería es esta?
Asimismo, luego de tan atroz adaptación, el manga perdió su rumbo mostrándonos el poco respeto del autor por su propia obra. Durante los primeros 100 capítulos de este, se jugó con el misterio del por qué el protagonista asesinaría a Kuroneko y reflejaba la frialdad del ser humano cuando se trababa de experimentar con seres humanos, la codicia por obtener poder y muchos otros factores que nutrían a la historia.
Escena del manga
Gokukoku no Brynhildr tenía el potencial suficiente para ser la obra máxima de Okamoto, superando incluso a su obra emblemática. Lastimosamente, luego de cerrar el arco que revelaba el misterio del primer capítulo, Lynn Okamoto nos reafirmó que no tenía intenciones de superar el éxito que tuvo con Elfen Lied y los próximos capítulos se centraron en destruir todo lo previamente logrado. Los arcos cada vez tenían menos sentidos y el enfoque se enrumbaba más hacia los pechos que ha seguir profundizando en el grupo político tras los experimentos.
Cuando el fan-service mata una buena serie
Partiendo por los personajes, el protagonista en un comienzo se muestra como un tipo arrepentido y que carga con la muerte de su amiga, con el paso de los capítulos demuestra valentía al enfrentarse a quienes están detrás de Neko y sus amigas hechiceras al punto de tener que decidir sobre la vida o muerte de una de ellas. Sin embargo, durante la segunda parte de la historia se ve a un Murakami cobarde que pasa de ser un protagonista aguerrido a un estereotipo clásico del harem; es decir, solo resalta por tener chicas a su alrededor.
Otro prota más del montón
Esto ya se ha visto.jpg
En la actualidad, Lynn Okamoto lleva dos obras que están en su totalidad enfocadas al sexo y la comedia. Tal vez descubrió que ello le iba mejor que la ciencia ficción; sin embargo, no deja de ser el autor de una de las mejores historias del anime, Elfen Lied. Sin duda, se ganó ser el mayor exponente del refrán: Cada quien cava su propia tumba.
Esta serie de deficiencias en una narrativa que había comenzado con buen pie, la llevaron al final apresurado que tuvo hace unos años. La historia finaliza dejando cabos sueltos, una mal sabor de boca en todo sentido y la decepción de quienes la seguimos con devoción. Gokukoku no Brynhildr está destinado a ser la sombra de Elfen Lied e incluso la obra más desconocida de Lynn Okamoto o el inicio de su declive como mangaka.
Esperábamos más, sin dudas.