Reseña Anime de Shigatsu wa Kimi no Uso

Recordamos su último concierto...

A 3 años de finalizar su estreno, la cicatriz que nos dejó la partida de nuestra violinista favorita, Kaori Miyazono, aún se encuentra abierta. Y son tantas las emociones que nos transmitió Shigatsu wa Kimi no uso, que las palabras quedan cortas para poder expresarlas íntegramente. Cada abril, muchos recordamos aun fervientemente, los momentos que envolvieron cálidamente nuestros corazones; desde las escenas joviales, hasta aquellas que llevaron a flote nuestro lado más susceptible. Por lo que en Anime Sama, rememoramos aquella despedida agridulce, la que marcó el comienzo de los, jamás como antes, abriles sin ella.

Era un 18 de febrero, cuando los esbozos de una balada resonaban entre las paredes de un auditorio. En el Este de Japón, Arima Kousei se encontraba en la fase final de una primordial competición, la que decidiría su futuro como pianista.

Aquella armonía es ampliamente conocida como “Ballade n.°1 Op.23”, la primera de cuatro, compuestas por el virtuoso y eterno pianista polaco Frédéric Chopin. Esta romántica pieza musical tiene sus raíces en 1831, y es caracterizada por su complicada técnica y elaborada armónica. Pero, explorando por los lares pasionales, la curiosidad nos invade, y es propicio esclarecerlas.

Se conoce sobre aquella obra, la composición de esta mientras su autor atravesaba una desapacible etapa. Donde, enfrentado a la soledad llevada por la ausencia de sus familiares y amigos más cercanos, concibió tan dramática pieza; aquella que sería interpretada perennemente; y tendría posteriormente como uno de sus recorridos, el compás entre el piano de Kousei, junto al violín de Kaori.

“No tenemos que aspirar a ser Chopin. Solo debemos tocar con sinceridad y darlo todo en la interpretación” 

– Kaori Miyazono

Kaori representa una personalidad arrolladora. Mientras Kousei vivía bajo la exactitud y precisión; Kaori desafiaba y volvía suya las melodías.  Ella le enseñó que la música trasciende las palabras, y que es lo que nosotros somos. Con el último concierto, Kousei busca adentrarnos en su mundo, aquel que adopta el diseño y colorido de sus sentimientos.

I

Al primer pulso del piano y a modo de pregunta, Kousei se dirige a quienes dieron luz a sus notas. ¿Les llegará? Es la frase que resuenan los acordes, mientras la lírica melancólica se aproxima y se desvanece la primera brisa primaveral. 

II

Al intercambiar notas, sus almas se conectan. La música ha trascendido las palabras. Mientras ambos agitan con vigor sus instrumentos, los contrastes se interpretan y ambos así comparten su último concierto. Un vaivén de sentimientos entre el blanco de las nubes y el infinito mundo, buscando una equivalencia emocional. “Tú existes dentro de mí”.

III

La complejidad de este inicio marca un nuevo y contrastante cambio de carácter. El violín abandona su resonancia y la conmoción y tristeza tiñe el cielo de un oscuro profundo, mientras una luz aturde al compás del piano. Se desfallece el acorde y el sonido de la despedida dicta: “Sayonara”.

Escrito por Emi.